10 motivos por los que las dietas fracasan

Con la llegada de la primavera, mucha gente siente que es el momento de perder los quilos de más y de ponerse en forma.
Sin embargo, revisiones científicas de estudios de seguimiento clínico afirman que, por lo general, los métodos de pérdida de peso son o bien infructuosos o poco duraderos.

Saber de antemano por qué las dietas fracasan podría ser la mejor herramienta para lograr que tu intento sea efectivo, de modo que no pierdas detalle a las investigaciones de Kiera Buchanan.

Desde la ciencia se ha intentado dar respuesta en múltiples ocasiones a por qué las dietas fallan. Estudios factoriales han fracasado en sus intentos y es por ello que recientemente Kiera Buchanan, del Centre for Integrative Health de Australia, ha buscado una respuesta analizando los testimonios de las personas que fracasan en sus intentos de perder peso.

Las tasas de sobrepeso son actualmente abrumadoras. Ya en 2010 un estudio a nivel mundial reveló que, por primera vez en la historia de la humanidad, comer en exceso es un problema de mayor magnitud que pasar hambre. Estudios recientes indican que esta tendencia va en serio aumento, estimándose que de seguir así, un 75% de la población mundial sufrirá de sobrepeso en 2030.

Las estadísticas señalan que un 95% de aquellos que se ponen a dieta recuperan el peso perdido en pocos años e incluso, que dos tercios de éstas personas terminan pesando incluso más que cuando iniciaron la dieta.

¿Cuáles son los 10 motivos por los cuales las dietas fracasan?

1. Los Mensajes Socioculturales:
Los participantes del estudio de Kiera Buchanan afirmaron que los mensajes socioculturales tienen una gran influencia sobre el modo en el que se alimentan, sus pensamientos y relación con la comida, su necesidad percibida de hacer dieta y sobre sus actitudes y comportamientos dietéticos.
Aquellos que se han sometido a dietas declaran haber sufrido una batalla interna entre sus motivaciones hacia comer y sus deseos de abstenerse de determinados alimentos, la cual atribuyen a los mensajes conflictivos recibidos desde los medios de comunicación.
Por una parte, los mensajes socioculturales llevan a la percepción de que ciertos alimentos son necesarios para disfrutar la vida. Por otra parte, también desde los medios de comunicación se transmiten mensajes a cerca de la importancia de perder peso.
¿Contradictorio verdad? Así es normal volverse loco.

2. Insatisfacción Corporal:
Los participantes declararon de forma consistente altos niveles de insatisfacción corporal y, por consecuencia, bajos niveles de autoestima.
Y esto no es todo, ellos tienden a asociar sus infortunios vitales en diversas áreas (trabajo, familia, relaciones sociales, etc.) con su exceso de peso.
Con tanto peso en el peso, ¿cómo no sentirse frustrado?
El exceso de peso se convierte así en el foco, generando ansiedad y compulsión por la comida en medio de la dieta. Fracaso asegurado.

3. Motivaciones para Comenzar la Dieta:
La mayoría de los participantes alegaron que su mayor razón para perder peso radica en motivaciones relacionadas con la apariencia física. Esto no es sorprendente, socialmente consideramos que el peso es un determinante claro de la salud y el atractivo.
Según concluye la autora del estudio, nuestra motivación inicial es errónea, anteponiendo la apariencia física a la salud. Así, muchos participantes afirmaron que sacrificarían su salud para poder alcanzar un menor peso corporal.

4. Confusión:
Los participantes afirmaron que la información acerca de la comida, los hábitos alimenticios y la pérdida de peso es a menudo contradictoria. Consideran desde su experiencia que esta es una clara barrera al éxito en sus dietas.
Los esfuerzos de quienes hacen dieta por conseguir información "verdadera" y clarificar sus ideas y objetivos, lejos de ayudar parece que llevan a una confusión mayor debido a las múltiples fuentes de información incontroladas.
En consecuencia, mejor dejarse guiar por un profesional y no ser autodidactas en lo a dieta se refiere.

5. Fase de Dieta:
Los participantes describen que, antes de comenzar la Fase de Dieta, dedican bastante tiempo a organizarse y prepararse. Una vez planificada llega el momento de la verdad y la dieta se convierte en una serie de normas rígidas y restrictivas para cumplir su ambiciosa meta.
Un plan demasiado ambicioso que se dirige a la tendencia a volver a los hábitos alimenticios anteriores. Considerar las dietas como una fase es un claro error. No deberían ser conceptualizadas como una fase, sino como un cambio en el estilo de vida.
Profesionales de la nutrición afirman que quienes hacen dieta suelen expresar su deseo a volver a sus hábitos alimenticios anteriores.

6. Pensamiento Dicotómico:
Volviendo a la idea de un plan demasiado ambicioso, pondremos ahora el foco en las violaciones del plan.
Cuando quienes hacen dieta incumplen alguno de sus preceptos organizativos, conciben esto como crasos errores, como fallos imperdonables. Esto conduce a un sentimiento de culpa generador de ansiedad que se deriva en la pérdida de la motivación inicial.
Los participantes afirman que el sentimiento de culpa derivado de estos fallos merma su autoconfianza, convirtiéndose cada vez más frecuente la violación de sus normas autoimpuestas.

7.  Pensamientos Obsesivos:
Los participantes alegaron que, cuando están en dieta, sufren mucho más frecuente pensamientos obsesivos acerca de las comidas que desean. Estos pensamientos se materializan en forma de tentación que deben evitar y que provocan malestar.
Uno de ellos afirmó: "Cuando estoy en dieta es mucho más difícil evitar comidas calóricas. Normalmente tomo helado una vez a la semana, pero cuando estoy a dieta quiero comerlo todos los días".
Cuando la investigadora preguntó porqué evitar estos alimentos en lugar de simplemente reducirlos, los participantes afirmaron que se sienten incapaces de controlar y moderar su consumo, comparan su deseo por ciertas comidas a una adicción.

8. Supresión de Pensamiento:
En sus intentos por restringir ciertos alimentos, los participantes describieron evitar la comida, tanto físicamente como cognitivamente. No sólo evitan situaciones sociales en las que puedan estar expuestos a comidas prohibidas, sino que también evitan pensar en comida.
Hagamos una sencilla prueba: NO pienses en el color AZUL. ¿A que estás pensando en el AZUL?

9. Comer Compulsivamente:
Los participantes han afirmado un incremento en la frecuencia e intensidad de episodios de alimentación compulsiva. Según ellos, éstos episodios se derivan de momentos en los que han violado su dieta. "Si he comido una magdalena ya he fallado, voy a comer más que total ahora ya...".
¿Por qué sucede esto?
Aquellos que violan los preceptos de su dieta, asocian el subsiguiente episodio de alimentación compulsiva a su fallo inicial y no a su pensamiento catastrófico.
¡Ojo! Son los pensamientos catastrofistas los responsables. Un pequeño error no significa nada, una magdalena no cambia las cosas.

10. Autopercepción:
Aquellas personas que hacen dieta tienden a estimar su valía personal en función de cuán exitosa sea su adherencia a la dieta.
Si lo están haciendo bien, se describen como personas disciplinadas y con una fuerte motivación y determinación. Si se desvían de su plan, comienzan a describirse como débiles, llegando a afirmaciones tan grotescas como "Soy un fallo en mí mismo" o "No tengo fuerza de voluntad".
Esto no termina aquí. Lo más dramático es la tendencia a asociar el éxito de una dieta a la dieta misma (el plan de restricción) mientras que ¡tendemos a asociar el fracaso a la persona!
Nunca personalicemos, es un claro ingrediente hacia la frustración.

Y tu, ¿qué opinas? ¿te sientes identificad@? 
¿Conoces algún otro motivo por el cual las dietas fracasan?

Compartiendo tu testimonio ayudarás a muchas personas en tu misma situación.
¡Gracias y buen día!



Share on Google Plus

About LuciaAnalytics

This is a short description in the author block about the author. You edit it by entering text in the "Biographical Info" field in the user admin panel.

0 comentarios :

Publicar un comentario